Es un juego adaptado a partir de los tres años. Solo se requiere del propio cuerpo y sitios para esconderse. El objetivo de este juego es desarrollar de la psicomotricidad gruesa, la agilidad, la velocidad y la agudeza virtual. Un niño la para, o el adulto, y se tapa los ojos y cuenta hasta 20. Los demás se tienen que esconder. Se establecen unas normas de distancia para esconderse. Una vez el niño acaba de contar tiene que ir a buscar a los demás, si los encuentra tiene que decir su nombre. Para salvarse, se puede ir hasta el lugar que ha contado el niño y decir ¡salvado!. Al primero que haya visto y dicho su nombre le tocará parar.