Para este juego se requiere una edad de unos tres años e incluso pueden ser más mayores. El juego se desarrolla en el interior. Para el material se necesita una pizarra, un cordel, con algo que pegue y un pañuelo. El adulto dibuja un burro en la pizarra sin la cola. Si no hay una pizarra se puede usar un papel grande. Al primer niño se le tapa los ojos y se le dá en la mano el cordel para que lo col·loque en el sitio correcto del burro. Y así, por turnos todos los niños hacen lo mismo, y después se compara a ver quien ha acertado más y ese es quien gana. Si los niños son pequeños se puede ir dando pistas, para ayudarles. Se desarrolla la percepción del espacio, mejora el equilibrio y estimula la confianza con los demás compañeros.